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viernes, marzo 29, 2024

El regreso de los Intermunicipales.



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Luis Velázquez
Veracruz, .- En la campaña electoral, un montón de ex policías estatales despedidos por Arturo Bermúdez Zurita, “El capitán Tormenta”, secretario, entonces, de Seguridad Pública, se fueron al monte y platicaron con Miguel Ángel Yunes Linares, el candidato del PAN y PRD a la silla embrujada de palacio.
Y le contaron cositas, y más en un político tan acostumbrado al espionaje… que ha perfeccionado con la asesoría israelita, a tal grado que desde el chirinismo una comitiva de todos ellos lo cuida.
Entonces, y luego de haber sido “sopeados”, el candidato les garantizó que la misma tarde/noche del triunfo electoral en las urnas estarían a su lado, como dijo Jesús en el Gólgota al ladrón bueno.
Por eso quizá habría de entenderse el anuncio del miércoles 31 de agosto cuando desde Boca del Río, el feudo de los Kennedy de Boca del Río, el góber electo anunció el regreso de los Intermunicipales a las principales zonas conurbadas de norte a sur y de este a oeste de Veracruz.
Desde luego se trata de una revelación más que expresa los bandazos en su política de seguridad para acabar, como dijo en la jornada cívica, con los malandros en los primeros seis meses del bienio gubernamental.
Primero, expresó que la misma noche de su toma de posesión él mismo encabezaría la batida contra los malandros.
Después, que tenía en la mira a Genaro García Luna, el súper policía de Felipe Calderón Hinojosa, aquel que filmaba reality-show, caso la francesa, para la estrategia.
Más tarde que los israelitas.
Luego, que las elites colombianas, especializadas en su lucha contra Pablo Escobar Gaviria y las FARC.
Ahora, que los Intermunicipales… “que funcionen adecuadamente, con buenos elementos, bien capacitados, sometidos a exámenes de control de confianza, para que en coordinación con los federales y expertos que ya estamos trabajando, restablezcan la seguridad”.
En todo caso, diríase que el góber electo repite el mismo discurso demagógico ramplón y barato de siempre, además de soltar como granitos de maíz la posibilidad de un operativo conjunto para lograr el sueño más importante de la población de Veracruz, como es la seguridad en la vida y en los bienes.
FILTRADOS POR NARCOS LOS INTERMUNICIPALES
Las Intermunicipales alcanzaron su esplendor en el duartismo cuando el gobierno federal, a través del SUBSEMUN, Subsidio a la Seguridad Municipal, les envió el primer chequecito y con Sergio López Esquer como primer secretario de Seguridad Pública, les repartieron el dinerito entre todos y a todos, como en el juego de la lotería, les tocó “un cachito”.
Pero el segundo y el tercer envió y los demás el chequecito fue ordeñado y la vaca sólo produjo leche para otros niveles y nunca les llegó.
En todo caso, Javier Duarte y/o los jefes en Seguridad Pública habrían canalizado el recurso federal, digamos, para la compra de materia prima.
El caso es que un día los Intermunicipales se rebelaron y en la sublevación popular en una reunión le dieron unas cachetadas a López Esquer.
Para entonces, era un trascendido que una parte de los Intermunicipales estaba filtrado por los malandros.
El colmo llegó cuando un día sus escoltas dejaron a López Esquer en el aeropuerto Heriberto Jara y de regreso a Xalapa su camioneta fue acribillada, digamos, por la delincuencia organizada, aun cuando algunos dicen que por instrucciones de Arturo Bermúdez Zurita, quien como subsecretario soñaba con la titularidad.
Y las Inter desaparecieron y un montón de policías estatales quedaron al garete, no obstante que para entonces el duartismo estaba formando la llamada Fuerza Civil, que ni es fuerza ni es civil, porque en realidad la integran simples policías rasos y de los cuales sólo unos treinta son militares jubilados que a su vez pertenecían a lo que se conocía como Grupo Fiel, encargados en su momento de la custodia del gobernador.
A partir de entonces, los policías intermunicipales empezaron a llamarse policías estatales, asignados en cada plaza a un delegado de Seguridad Pública, el nuevo y flamante posgrado, uno de ellos, Marcos Conde, que brincó a la fama nacional con el levantón de cinco jóvenes de Playa Vicente en Tierra Blanca, y quienes fueron entregados a los malosos de Francisco Navarrete, acusado del jefe de la narco/plaza.
TURBIO PASADO
Más aún:
En aquel entonces la publicidad oficial alardeaba que la Fuerza Civil fue capacitada de manera excepcional, cuando todo se redujo a que los policías eran enviados con los marinos y sólo los llevaban de compañía a los patrullajes y luego de un número determinado de horas estaban listos.
En realidad, dice un expolicía, se trató de cursos fantasmas para justificar el desvío de recursos oficiales.
También se habló en el cacareo duartista que recibirían sueldos privilegiados cuando el salario general gira alrededor de diez mil pesos mensuales y que es la misma percepción del grueso de policías estatales.
Es más, la pantomima fue tanta que sólo existió en la mente calenturienta de Arturo Bermúdez, pues todas las noches, al finalizar la jornada, les dicen que al día siguiente les tocará de “Fuerza Civil”, y así cada uno se pone el uniforme correspondiente, pues en el fondo son lo mismo.
Incluso, antes, el ascenso lo otorgaban en base al rango y a la hoja de servicios, y ahora, desde con Bermúdez, todo fue en base al dedazo, lo que irritó más a los policías expertos y que eran desplazados.
Al momento, y por lo pronto, según el Fiscal General hay 460 policías presos, muchos de ellos que formaron parte de los Intermunicipales, acusados de desaparición forzada.
Ellos formaron parte de la corporación que ahora el góber electo pretende resucitar.




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