Por Iván Calderón
Bajo la sombra de una de las crisis económicas más fuertes en el estado y con varios encargos políticos, sociales y económicos que deja la administración saliente, el ingeniero Manuel Rosendo Pelayo inicia en las primeras horas del año 2014, lo que él mismo denomina “Un nuevo comienzo para San Andrés Tuxtla.”
La alternancia de un equipo político diferente al que se incorporó a lo largo de seis años en el palacio municipal, abre la posibilidad de que la forma de gobernar sea distinta y representa para muchos sanandrescanos el aliento esperanzador que la situación, ahora sí, mejore.
Diversos son los retos que Manuel Rosendo enfrentará desde su inicio el nuevo gobierno, la agenda estará cargada de temas que se disputarán la atención del cabildo.
La herencia de tópicos incompletos y atrasos que deja Rafael Fararoni Mortera no es poca, quién sí bien es cierto que cumplió, en algunos casos lo hizo a medias.
San Andrés Tuxtla ha perdido su energía natural, un municipio en vías del progreso todavía no se decide si desea seguir siendo un pueblo pintoresco o convertirse en una gran ciudad y eso es lo que buscará este nuevo gobierno municipal, sacar del baúl de los recuerdos las añejas promesas de crecimiento y desarrollo, volviéndolas realidad. Sin desvirtuar la esencia de este noble y hermoso lugar.
Seguramente serán varias las acciones que se articularán de inmediato mediante el uso de políticas públicas correctas como son los de Educación, Cultura, Seguridad, Empleo, cuestiones que no esperarán mucho tiempo a que este nuevo ayuntamiento se organice cuando la sociedad ya esté reclamando resultados positivos.
La obra pública, la atención ciudadana, los servicios de salud, la atención al campo y sobre todo la inclusión a los programas de desarrollo social, serán las tareas que tocarán a la puerta de la oficina del presidente municipal desde las primeras horas de este año que está por comenzar.
Con el firme ofrecimiento de que los ciudadanos se podrán involucrar en la toma de decisiones en los asuntos del gobierno y mediante la práctica de un gobierno incluyente, sin ser nunca coercitivos, harán notar la diferencia entre este nuevo y los anteriores gobiernos municipales.
Manuel Rosendo Pelayo con madurez plena emocional, personal y política emprende uno de los mayores retos de su vida, gobernar al pueblo que lo vio nacer, hacer las cosas bien, dando resultados y no pretextos y sobre todo cumplirles a cada una de aquellas personas que al paso de su vida lo hicieron llegar a donde está.
De entrada el gobierno municipal iniciará con el pie derecho. Pronto nos daremos cuenta de los resultados, los diversos sectores de la sociedad esperan mucho de Manuel Rosendo, un nuevo gobernante que sí le cumple al pueblo que lo hizo llegar a donde está, puede llegar todavía más lejos, y si no, el mismo pueblo se lo demandará…
A sus órdenes.
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